La banda sonora de la película, compuesta por Carlo Siliotto, desempeña un papel importante a la hora de transmitir los profundos matices emocionales de esta historia. Desde las primeras notas, la música de Siliotto marca el tono de una narración que equilibra lo desgarrador con lo alentador. La banda sonora comienza con un delicado tema de piano que representa tanto la fragilidad de la condición de Annabel como la tranquila fortaleza del amor de su familia. Este tema se repite a lo largo de la banda sonora, anclando al oyente en el mensaje central de la película de esperanza y fe duraderas.

A medida que avanza la película, Siliotto presenta una variedad de temas musicales que reflejan el viaje emocional de los personajes. El compositor utiliza una combinación de cuerdas y vientos para reflejar la inocencia de Annabel y el dolor de su enfermedad. Las melodías son suaves y conmovedoras, y transmite tanto el peso de su condición como su resiliencia.

La partitura de Siliotto es un narrador emocional que guía al espectados a través de los altibajos del viaje de la familia Beam. En temas como ‘Christy’s Prayer’, escuchamos un violín solista acompañado de un piano suave, que subraya la desesperación de Christy Beam haciendo que sintamos íntimamente su dolor y esperanza.

Siliotto utiliza una orquestación con cuerdas cálidas y una suave melodía de piano, que simboliza la curación y el comienzo de un nuevo capítulo para la familia. La música nos deja con una sensación de cierre, esperanza y un recordatorio del mensaje central de la película sobre el poder de los milagros. En la banda sonora también se puede escuchar una magnífica canción del grupo Third Day; ‘Your Words’ y el tema de George Harrison (The Beatles); ‘Here Comes the Sun’.