Stelvio Cipriani
Italia (1937 - 2018)
Cipriani fue uno de esos compositores que supo navegar entre géneros con la misma facilidad con la que uno cambia de emisora en la radio. Su música envolvía, acariciaba y vestía las escenas.
De bien jovencito Stelvio mostró una sensibilidad musical notable. Su instrumento por excelencia fue el piano, aunque también dominaba el órgano. Su formación musical comenzó en el Conservatorio de Santa Cecilia de Roma, una institución prestigiosa donde estudió composición, dirección de orquesta y, por supuesto, piano. Allí se empapó del lenguaje de la música clásica, pero ya entonces su oído se desviaba con curiosidad hacia los sonidos del jazz, el pop y las músicas del mundo.
Antes de entrar de lleno en la música para cine, Cipriani trabajó como pianista en cruceros. Esta experiencia lo marcó profundamente: allí aprendió a leer a la audiencia, a improvisar, a adaptar su estilo. El mar le enseñó ritmo, y la noche, swing.
Para los años 60 se imponía, especialmente en Europa y más particularmente en Italia un nuevo género; el spaghetti western. Así que, en ese escenario, Cipriani encontró la puerta para comenzar a escribir partituras para el cine. Su debut en el cine fue con ‘El precio de un hombre’ (1966). Pero el gran salto vino un año después con ‘Un hombre, un caballo, una pistola’ (1967). Cada uno de los compositores que participaron en este género aportaron matices y colores diferentes. Y Cipriani aportaría el suyo propio.
Pero su salto a la fama llegó en 1970 con ‘Anonimo Veneziano’, una obra melancólica y profundamente romántica cuya música se volvió un fenómeno en Europa. Aquella partitura se convirtió en su carta de presentación, y durante las siguientes décadas, Cipriani sería sinónimo de sofisticación y melodías inolvidables.
Entre sus trabajos se encuentran:
- ‘Anónimo Veneciano’ (1970)
- ‘Fiel a su mandato’ (1973)
- ‘Operación concorde’ (1979)
- ‘Fiel a su mandato’ (1973)
- ‘Tentáculos’ (1977)
- ‘Bahía de sangre’ (1971)
Además, Cipriani fue un pilar del cine policiaco italiano, dotando a sus escenas de persecuciones y violencia urbana con ritmos funk, líneas de bajo irresistibles y una percusión casi hipnótica.



También compuso canciones. Algunas de ellas fueron interpretadas por artistas italianos como Ornella Vanoni o Fausto Leali, e incluso participó en el Festival de San Remo, como autor de melodías románticas. En el terreno clásico, aunque menos prolífico, dejó algunas composiciones para piano y orquesta, enfocadas más al concierto.
En 1971 ganó el prestigioso Nastro d’Argento por ‘Anonimo Veneziano’, y recibió múltiples premios a lo largo de su carrera, incluyendo homenajes en festivales internacionales de cine y música.
El sonido de Cipriani es como un cóctel bien agitado: melodías dulces, arreglos sofisticados, bajos envolventes y una capacidad casi matemática para construir atmósferas. Su técnica compositiva combinaba el lirismo del clasicismo con estructuras modernas, a menudo apoyadas en riffs de bajo y secciones de metales muy funk. El uso del piano eléctrico Rhodes, el clavinet y sintetizadores analógicos marcó sus partituras de los 70.
Cipriani era discreto, refinado y profesional hasta el último acorde. No necesitaba gestos grandilocuentes para dejar huella. Su música no gritaba, susurraba con estilo. Y en ese susurro, hay un universo sonoro que sigue hablándonos, con nostalgia y belleza.
Anónimo Veneciano (1970)
Un músico veneciano enfermo, invita a su exesposa a pasar un día con él en Venecia. Ella, ahora casada con otro hombre y madre de un hijo, llega a la cita con cautela y cierta frialdad. No sabe que este encuentro será un adiós disfrazado de paseo.
A lo largo de las horas, entre los canales silenciosos, los atardeceres dorados y las callejuelas empedradas de la ciudad, la pareja revive recuerdos, confronta viejas heridas y se ve obligada a enfrentar las emociones que aún laten bajo la superficie. Él no le revela de inmediato su diagnóstico terminal, pero la música que interpreta, un concierto “anónimo veneciano” del siglo XVIII, lo dice todo sin palabras.
Venecia. Niebla, góndolas, y el susurro constante del agua. Es en este escenario donde se desliza una película que habla de amor perdido, del paso del tiempo y de la aceptación de la muerte. Stelvio Cipriani, con una sensibilidad exquisita, compone una de las partituras más emotivas de su carrera. No es exagerado decir que la banda sonora es la película.

La banda sonora navega entre dos mundos: el de la música clásica barroca —con una referencia explícita a Benedetto Marcello y Antonio Vivaldi— y el de la música cinematográfica romántica de los años 70. Cipriani construye su partitura a partir de una estructura casi de concierto, con un tema central que se reinterpreta en distintas variaciones a lo largo del metraje. Con un sabor inequívocamente italiano, entre lo melancólico y lo melodioso.
El piano, el oboe y las cuerdas llevan la voz principal, acompañados ocasionalmente por el clavicémbalo y el órgano, evocando una atmósfera casi sacra. La orquesta, aunque pequeña, es cálida e íntima. No hay grandes alardes sinfónicos. Cada nota parece susurrada, como si la música tuviera miedo de romper el silencio interior de los protagonistas.
El oboe —instrumento asociado desde siempre con lo nostálgico— se convierte en el narrador silencioso de la historia. Su tono frágil y quebradizo, casi humano, conduce el tema principal en una de las melodías más reconocibles de la música de cine italiana. En esta partitura el compositor italiano capturó las emociones humanas con melodías sencillas.

Banda sonora
- Anonimo Veneziano (1:59)
- Tempo Al Tempo (1:16)
- Maquillage (1:15)
- Laguna Incantata (2:44)
- Noi, Un Tempo Fa (1:20)
- Spruzzi D’acqua (1:30)
- Fine Di Una Storia (1:36)
- Amore Con Pietà (2:11)
- Ricordi Intorno A Noi (2:22)
- Dignità (2:24)
- Un Tempo Bello (1:42)
- Adagio (From Concerto Per Oboe E Orchestra D’archi In Do Minore) (4:51)
- Incontro D’autunno (1:17)
- Come Una Volta (2:42)
- Pensieri Del Passato (1:23)
- Vicino A Te (1:09)
- Broccati Veneziani (2:52)
- Un Giorno Insieme (1:06)
- Vento Caldo (1:32)
Departamento musical
El departamento musical estaba compuesto del siguiente equipo de personas, además de músicos solistas, músicos de la orquesta etc.
No hemos podido encontrar para esta banda sonora el departamento comercial.