Banda sonora

The Secret River

The Secret River (2015)

‘The Secret River’ (2015) es una miniserie de TV australiana dirigida por Daina Reid, basada en la novela de Kate Grenville. La serie sigue la historia de William Thornhill (Oliver Jackson-Cohen), un preso inglés que es transportado a Nueva Gales del Sur a principios del siglo XIX. Después de cumplir su condena, Thornhill se convierte en un hombre libre y reclama un terreno a lo largo del río Hawkesbury.

Sin embargo, la tierra que reclama ya está habitada por el pueblo Dharug, lo que provoca una escalada de tensiones. A medida que crece la desesperación de Thornhill por conservar «su» tierra, se enfrenta a dilemas morales y conflictos tanto con la población indígena como con otros colonos. La serie proporciona una mirada a la realidad histórica del pasado de Australia, enfatizando las trágicas consecuencias del choque entre los europeos recién llegados y los habitantes indígenas.

La serie presenta una banda sonora evocadora compuesta por Burkhard Dallwitz. Composición que refleja lo que supuso el colonialismo y el conflicto con los nativos. La partitura emplea una sutil combinación de elementos orquestales tradicionales e influencias de la música indígena australiana, creando un bello paisaje sonoro.

Dallwitz utiliza principalmente una orquesta clásica, pero incorpora instrumentos aborígenes tradicionales, como el didyeridú y las clapsticks. Estos instrumentos evocan el entorno natural y la presencia indígena, creando una representación sonora del paisaje australiano. El uso de cuerdas e instrumentos de viento proporciona una sensación de melancolía y nostalgia, que refleja las complejas emociones de los colonos.

El compositor trabaja con motivos recurrentes para subrayar el viaje emocional de la narrativa. El tema principal, a menudo interpretado con piano o cuerdas, es una melodía melancólica que captura el conflicto interno del protagonista y su anhelo de redención. Este tema se modifica sutilmente a lo largo de la serie, reflejando la evolución de la relación del protagonista con la tierra y sus habitantes originales.

Dallwitz (cuya gran parte de su vida la ha hecho en Australia) respeta y reconoce la importancia de la perspectiva de los pueblos aborígenes. Esta cuidadosa combinación de estilos no sólo realza la autenticidad de la narrativa, sino que también subraya el choque y la coexistencia de dos culturas, reflejando las emociones de los personajes. Sin embargo, los pasajes más líricos y consonantes reflejan momentos de paz y sosiego. El delicado equilibrio entre estos elementos realza la profundidad emocional de la serie.

La música de Dallwitz es un acompañamiento conmovedor y atmosférico de la narrativa visual. Su uso de un lenguaje musical, fusionando tradiciones orquestales occidentales con sonidos indígenas, sirve para resaltar los temas de colisión y comprensión cultural de la serie. La resonancia emocional y la sensibilidad cultural de la música la convierten en un aspecto destacado de la miniserie, ofreciendo a los espectadores una conexión más profunda con los elementos históricos y humanos de la historia.