Fue un arreglista, orquestador y compositor que trabajó junto a Alfred Newman y otros grandes de la música de cine durante más de tres décadas. 

Sus contribuciones a las partituras de 400 películas le han convertido en uno de los orquestadores más reputados de la historia del cine. Oscar Levant pianista, compositor y actor, escribió sobre él como un destacado especialista en música cinematográfica, a la par con Max Steiner, Franz Waxman y Hugo Friedhofer. El musicólogo y Ian Sapiro lo coloca entre ‘genios’ que fueron en gran parte responsables del reconocible sonido orquestal de la Edad de Oro del cine de Hollywood.

John Williams tuvo la oportunidad de tocar el piano y ayudar a Powell con los arreglos del musical ‘Carrusel’ (1956). Partitura que contó con las canciones de Richard Rodgers y Hammerstein, el score de Alfred Newman y las orquestaciones, (además de Powell y Williams) de Nelson Riddle.

Como arreglista autodidacta de música de baile en la escuela secundaria, llamó la atención del jazzista Fletcher Henderson. Al igual que George Gershwin, Conrad Salinger y otros, Powell fue un ávido estudiante del influyente compositor-teórico Joseph Schillinger.

Su carrera profesional comenzó en el mundo de Broadway en los años dorados de este (años 30). En 1933, Powell orquestó el espectáculo de Broadway de los hermanos Gershwin Let ‘Em Eat Cake, utilizando el sistema de contrapunto de Schillinger. En 1934 se unió como orquestador sin acreditar en United Artists, donde Newman era el compositor principal, orquestando su primera banda sonora; ‘El pan nuestro de cada día’ (1934).

En 1936 recomendó a David Raksin a unirse a la United Artists de Newman trabajando juntos en la banda sonora de ‘Tiempos modernos’ (1936) cuya melodía era de Charlie Chaplin, pero al no saber componer serían Raksin y Powell los que darían forma a aquella melodía inicial. Cuando los hermanos Gershwin entraron en el mundo del cine, Powell se convirtió en un buen amigo de George con quien pasaba buenos momentos. Mientras trabajaba en el musical; ‘Así nace una fantasía’ (1938), introdujo en este, temas de Gershwin como; ‘Love is Here to Stay’ y ‘Love Walked In’.

En aquellos tiempos había un grupo de jóvenes orquestadores, a quienes Levant identificó como ‘los chicos’, entre los que estaban, además de Powell, Friedhofer, Salinger, Spencer y Raksin, que se reunían en las casas de los demás o en los bungalows de los estudios de cine, para escuchar los últimos discos sinfónicos del extranjero y las instrumentaciones elegidas. Analizaban los efectos que diversas combinaciones producían sobre la textura y transformación de un tema, frase o leitmotiv. 

Powell continuó sus análisis musicales como alumno de Arnold Schönberg, que vivía al otro lado de la calle de Gershwin cuando ambos residían en Los Ángeles. Powell incluso mantuvo un pedido permanente con un importador de discos de Los Ángeles para proporcionarle ‘todo lo interesante’ de donde pudieran recoger las últimas tendencias de la música contemporánea.

Su influencia en Alfred Newman fue muy importante con quien siempre consideró un complemento fundamental para las composiciones en las que participaron juntos. Se dice que David Newman (hijo del compositor Alfred Newman) le dijo a Maurizio Caschetto que Powell ayudó a su padre, inicialmente director, a aprender a escribir música con confianza.

Más adelante en su carrera, trabajó con más frecuencia con otros compositores incluidos Alex North o Lionel y Emil, hermanos de Alfred Newman. El último trabajo de orquestación grabado de Powell fue por la partitura de Dominic Frontiere para Clint Eastwood; ‘Cometieron dos errores’ (1968).