Al final del musical, Barnum se sienta con su esposa, observando a su hija perseguir su sueño de convertirse en bailarina, y te quedas con la sensación de que la paz y la bondad han sido restauradas. Ha cometido errores al perseguir sus propios sueños; pero parece profundamente decidido a estar presente con su familia mientras sus hijas persiguen los suyos.

El socre que lo acompaña sigue un arco similar, desde la inspiración hasta la pasión, el arrepentimiento y la resolución. Nos invitan a canciones que enfatizan repetidamente los temas positivos y redentores de la perseverancia, la determinación, el coraje y, en última instancia, la humildad. Se nos anima a permanecer erguidos y fuertes, ya sea con otros o, a veces, solos. Considerándolo todo, es un viaje musical apasionado a través de los obstáculos del camino de la vida.

Hugh Jackman es un showman en el sentido más pleno de la palabra. Su entrega encarna la cadencia y la energía de un verdadero maestro musical. Su actuación está llena de carácter e integridad, y puedes escuchar las resoluciones y revelaciones solo en las inflexiones de su voz. Transmite sentimientos como el amor, la felicidad, la perseverancia y la reflexión.

El musical da vida al soñador que todos llevamos dentro. La historia sobre la aceptación y el liderazgo, haciéndolo con amor, se acentúa con un lote contagioso de canciones que cuentan la gran historia. Como Jackman canta; ‘es todo lo que siempre quisiste, es todo lo que necesitas’. En fin, es un musical que se debe ver… y sobre todo escuchar.