Al mando de un submarino de última generación navega una leyenda de la marina rusa. Un capitán cuyo propósito es desertar y entregar el ‘Octubre Rojo’, un submarino, a los norteamericanos. Es una película muy típica de la Guerra fría que, para aquel entonces, estaba a punto de cerrar un episodio.

El compositor demuestra sus intenciones desde un principio: Utilizar coros y una música solemne basada en gran instrumentación y un reconocimiento de la música rusa.

Es una banda sonora solemne, dramática, como pretende serlo la película. Es una amalgama de música sinfónica, voces corales majestuosas, masculinas y femeninas con un acento musical ruso.  Rusia es un país de gran riqueza cultural y artística. Cuna de los mejores compositores de música clásica, por lo que podría decirse que hacer una banda sonora sobre dichos cimientos es un desafío, pero un hermoso placer. De modo que si el compositor buscaba inspiración en aquel lugar la encontraría a raudales (la banda sonora de la película también contiene el himno de Rusia, del compositor Aleksandr Aleksandrov).