Oklahoma!
Oklahoma! (1955)
Banda sonora
Cuando esta película llegó al cine en 1955, el género del musical estaba en uno de sus momentos de esplendor en Hollywood. Ya desde su estreno en Broadway en 1943 había marcado su influencia en el musical. Pero la adaptación cinematográfica elevó la escala: fue una producción ambiciosa, filmada en dos formatos (Todd-AO 70 mm y CinemaScope 35 mm), con un despliegue técnico, visual y, por supuesto, musical que buscaba impresionar.
La banda sonora es un canto al amanecer de lo cotidiano, al orgullo rural, al amor desenfadado y a las tensiones humanas que asoman entre los personajes. Tiene un tono emocional que va desde la serenidad pastoral hasta la pasión contenida, pasando por la nostalgia, la alegría colectiva y también la sombra de desasosiego cuando las relaciones humanas se tensan. Su relevancia radica en que no es sólo colección de canciones, sino un tejido narrativo que acompaña, levanta, profundiza: ayuda a contar la historia, a dar carácter a un lugar, a los personajes, a un tiempo (la época del Territorio de Oklahoma, antes aún del estado), y lo hace con melodías que han perdurado hasta nuestros días.
Richard Charles Rodgers es uno de los gigantes del teatro musical estadounidense. Ha compuesto más de 900 canciones, 40 musicales para Broadway, y su carrera abarca colaboraciones fundamentales, primero con Lorenz Hart, luego con Oscar Hammerstein II.
Su estilo se define por melodías claras y memorables, un sentido del tempo y del ritmo que conecta con el público de forma directa, un arte para casar letra y música de modo que la canción avance personaje y situación, no simplemente para lucimiento. Con Hammerstein desarrolló obras más maduras, donde la música no era un interludio, sino parte integral del drama y de los personajes. Rodgers tiene esa habilidad para transformar lo cotidiano en algo sonoro y evocador: una mañana de granja, una declaración de amor, una disputa de carácter, todo cobra dimensión musical.
La banda sonora estructura la emoción, marca los climas, define personajes (Curly, Laurey, Jud) y ambienta el lugar: la pradera, el calor del verano, la tensión de la frontera del cambio (de territorio a estado), el pueblo en el que todos se conocen. En ella se siente la tierra, el rocío de la mañana, la aspereza de relaciones no resueltas.
Desde la apertura con “Oh, What a Beautiful Mornin’”, se siente optimismo, esperanza, una leve reverencia hacia lo natural. El amor idealizado entre Curly y Laurey vibra en “People Will Say We’re in Love”, pero también aparece el choque con lo que los demás dicen o esperan.
Rodgers, adaptado para cine con un gran cuerpo orquestal, tiene aquí un color orquestal rico: cuerdas, vientos, metales que dan presencia pastoril, coros que subrayan la colectividad, arreglos de danza que permiten al oyente sumergirse en los interludios instrumentales.
Uno de los momentos más memorables es la apertura: “Oh, What a Beautiful Mornin’”. Empieza prácticamente con el coro de la naturaleza: los cielos, la pradera. Es un momento que afirma: “este es nuestro mundo, estos son nuestros personajes, esta es nuestra mañana”. Desde el primer compás, te captura.
También la secuencia del ballet/ensayo que acompaña ciertos números, donde Rodgers permite que la música orquestal hable sin voz, extendiendo el paisaje sonoro, dejando que la música “pinte” la coreografía, los movimientos, los silencios entre pasos. Esa integración entre música, danza, espacio es pura magia.
Y claro, el clímax coral con; “Oklahoma!” en el final, cuando la comunidad se une, los conflictos se resuelven (aunque no sin dejar rastros), y la música sirve de celebración, himno, cierre emotivo. Es la culminación de todos los hilos musicales. La melodía del título “Oklahoma” reaparece en la apertura, en los finales, y funciona como himno colectivo, casi como si la propia tierra fuera personaje.
El trabajo de Richard Rodgers no es radicalmente distinto de otros musicales suyos como ‘South Pacific’, ‘The King and I’, ‘Carousel’, pero sí tiene un sabor particular: más rural, más americano en lo orgánico, más ligado a la naturaleza, a la mañana, al paisaje de la pradera como personaje casi viviente.
Esta banda sonora despierta la dimensión más luminosa del musical sin ignorar lo humano: celebra la mañana, la tierra, el amor y la comunidad, pero también permite que asome la sombra del deseo, el aislamiento, la discordia. Tiene dentro de sí contrastes que la hacen verdadera, no sólo ideal. En la carrera de Richard Rodgers; Oklahoma! Es un musical con detalles inolvidables.
Banda sonora
- Overture (02:55)
- Main Title (02:53)
- Oh, What A Beautiful Mornin’ (02:33)
- The Surrey With The Fringe On Top (04:54)
- Kansas City (02:30)
- Kansas City Ballet (02:26)
- I Cain’t Say No (03:11)
- Many A New Day (03:06)
- Many A New Day Ballet (03:34)
- People Will Say We’re In Love (04:21)
- Pore Jud Is Daid (04:17)
- Out Of My Dreams (02:33)
- Out Of My Dreams Ballet (14:11)
- Entr’acte (01:28)
- The Farmer And The Cowman (03:52)
- The Farmer And The Cowman Ballet (01:27)
- All Er Nuthin’ (02:54)
- All Er Nuthin’ Ballet (01:52)
- People Will Say We’re In Love (Reprise) (01:41)
- Oklahoma (03:17)
- Finale: Oh, What A Beautiful Mornin’ (01:46)
- Overture (LP Version) (04:50)
Departamento musical
El departamento musical estaba compuesto del siguiente equipo de personas, además de músicos solistas, músicos de la orquesta etc.
| Arreglista musical / Orquestador | Robert Russell Bennett |
| Director de orquesta / Supervisor musical | Jay Blackton |
| Adaptador | Adolph Deutsch |
| Letrista | Oscar Hammerstein II |
| Coordinador musical | Robert Helfer |
| Compositor | Richard Rodgers |
| Editor musical | Ralph Avseev |
| Editor musical | Charles Clement |
| Orquestador | Alexander Courage |
| Trompa | Vince De Rosa |
| Editor musical | Ralph Ives |
| Coordinador musical | Richard Melfer |
| Orquestador | Albert Sendrey |









