En una entrevista Ross hizo un recuerdo de su carrera y a continuación pasamos a recordar algunas de ellas.

‘Recuerdo escuchar el Concierto para piano #1 de Tchaikovsky por primera vez en la casa de mi tía. Yo estaba abrumado. Me senté y lo escuché una y otra vez. Tenía estos sentimientos con los que no sabía qué hacer. No recuerdo exactamente cuántos años tenía, pero sé que era bastante joven’ (el concierto para piano de Tchaikovsky es una de las grandes obras de música clásica).

‘Después de eso, pedí a mis padres lecciones de piano. Me sentaba al piano y tocaba todo el día. Era algo que me fascinaba. No era un gran pianista, ¡pero mi corazón estaba en ello! A medida que fui creciendo, nunca consideré una vida en la música. Mis padres no tenían ningún tipo de perspectiva para una vida en las artes. Mi madre era enfermera y pensó que la medicina sería una buena carrera para mí. Mi padre quería que yo estuviera en la Marina Mercante. Creció en la isla Catalina y había estado rodeado de barcos toda su vida’.

‘Terminé yendo a la UCSB (Universidad de California en Santa Bárbara) donde estudié medicina… Tuve que trabajar mientras estaba en la universidad y una de las cosas que descubrí fue que podía tocar el piano en bandas de blues y bandas de jazz para ayudarme a ganarme la vida. No era mucho, pero fue suficiente para pagar mis libros y otros gastos. ¡Cuanto más lo hacía, más me encantaba! En cierto momento fui con mis padres y les dije: «No voy a ir a la facultad de medicina, voy a tomarme un descanso y ser un pianista de jazz». ¡Ahora que soy padre, puedo entender las reacciones de mis padres! Querían que pudiera cuidar de mí mismo en la vida, y estoy seguro de que les preocupaba que la dirección en la que parecía estar encaminada estaba llena de incertidumbre y desafíos reales’.

‘Me gradué y fui a Los Ángeles para estudiar con la gente de allí. Entre otros, conocí a un hombre llamado Allyn Ferguson que es un excelente compositor y un maravilloso maestro y arreglista llamado Dick Grove. También estudié durante algún tiempo con George Trembly. Era un defensor de un sistema de Doce Tonos que había desarrollado y que era muy interesante’.

‘Después de un par de años… tocaba en las mejores bandas para ganarme la vida. Recibí una llamada de Allyn Ferguson un día. ¡Dijo que me había recomendado para un puesto de director de piano con Raquel Welch! Terminé consiguiendo el trabajo. Fue una maravillosa oportunidad de dirigir, tocar el piano, escribir arreglos y funcionar en ese mundo’.

‘Tenía un interés continuo en el jazz y la música «clásica». Me encantaba estudiar partituras y pasaba mucho tiempo haciéndolo. Estaba muy interesado en las partituras de películas, y en ese momento había muy pocas partituras disponibles. ¡El único lugar donde pude encontrar partituras de películas fue lo que supongo que llamarías un «mercado negro» de partituras! Me enteraba de que alguien tenía una partitura y lo buscaba con la esperanza de echarle un vistazo… o mejor aún, pagar un precio exorbitante para obtener una copia. Era la única forma que conocía de tener acceso a esa información’.

‘Con el tiempo, pude conseguir otro trabajo como director musical o arreglista y algunos trabajos de orquestación para programas de televisión… y una cosa llevó a la otra. He sido muy afortunado… muy afortunado’.

‘Una de las cosas que es importante para mí cuando dirijo musicalmente es lo que llamo la «autenticidad» de la música. No me gusta la idea de hacer el tema “pluma” de ‘Forrest Gump’ con una big band y cuerdas o arreglos de partituras que no tienen nada que ver con la composición y/u orquestación original. Es realmente una elección personal para mí. Por cierto, no significa que esté mal para otra persona. Quiero dejar eso muy claro. Es simplemente una estética personal. Mi enfoque es obtener las orquestaciones originales. Eso es algo que me gusta hacer. Siempre que sea posible, quiero que la gente que compuso la música tenga su opinión. Por cierto, no siempre es posible, pero es algo a lo que aspiro a medida que me acerco a la música’.